[ Pobierz całość w formacie PDF ]

 No.
 ¿Por qué no?
La espiral brilló como pidiendo perdón y el doctor respondió por ella.
 No sabe todo lo concerniente a las Crones, lo mismo que les pasa a las Lyru.
Tampoco sabe cómo las Lyru matan a los monstruos. Creo que eso corresponde una
sección diferente.
Buckskin parecía, disgustado.
 ¿Qué pasaría si se juntaran dos espirales?  preguntó Dave . La suya y una de las
de ellas.
 Nada. Se trata de un circuito vertical. Las espirales no pueden comunicarse entre sí;
sólo con las Crones y las Lyru.
 ¿Y no se darían cuenta de la presencia mutua?
 Probablemente, no.
 ¿Entonces, podría usted controlar a una Lyru mediante esta espiral?  inquirió Dave.
 Ya lo he hecho, como experimento  fue la respuesta del doctor . Pero si tiene
usted alguna idea de mandar a Lori, por ejemplo, al interior de una espacionave para
hacer de espía con la espiral informándome, olvídela. Si ella se acerca a cinco metros de
distancia de cualquier espiral Crone, caerá bajo su influencia.
 ¿Y no la protegería contra eso nuestra espiral?
 Me parece que no. Si una espiral Crone se mete en la mente de ella y descubre que
nosotros estamos escuchando, presumiblemente tratará de romper el control de nuestra
espiral.
 ¿Y podría tener éxito?
 No, a menos que nosotros nos retiráramos y rindiéramos a la muchacha. Si no lo
hacíamos, tendría lugar una batalla en su mente que lo más seguro es que terminara
destruyéndola... volviéndola loca.
 Bueno  repuso Dave . Eso da fin a tal pensamiento.
 Debí imaginarlo  dijo Buckskin . Todo este es muy instructivo, doctor, pero no
parece tener ninguna aplicación práctica  de nuevo parecía un hombre frustrado . ¿Y
por qué no enviar a la espiral dentro de la nave para ver qué preparan las Crones?
 Con franqueza, creo que sería inútil, Sam  dijo el doctor . Lo único que
lograríamos sería perder nuestra espiral de la misma manera que las Crones la perdieron
primero. Eres demasiado impaciente, Sam. En una noche no es posible ir de la tetera
hirviendo a la construcción de una máquina de vapor. Esos descubrimientos cuestan
generaciones, a veces. Pero no hay motivo para que no podamos capturar unas cuantas
espirales más.
 Sí, enviando patrullas de donjuanes equipados con lazos y abrazaderas metálicas 
rezongó Buckskin . Dio resultado una vez, pero las Crones ya deberán estar sobre
aviso.
 Quizá  dijo el doctor con cautela , quizá no tengamos que capturarlas a mano.
Puede que esté en la pista de un mecanismo desbobinador que enderece a distancia a
las espirales.
Buckskin parecía escéptico.
 ¿Y cuántas generaciones costará llegar al final de la pista?
 Puede que sólo cuarenta y ocho horas  el doctor parecía en cambio complacido
consigo mismo . Quizá menos.
 Humm  murmuró Buckskin con una inflexión de duda. Su aspecto era de desaliento.
Mordió deliberadamente su cigarro y escupió tres cuarta» partes del mismo y dijo : No.
Es otro callejón sin salida. Supongamos que hacemos prisioneras a la» espirales, ¿qué
habremos conseguido? Si nos apoderamos de los mariscales de campo de las Lyru, las
dejaremos sin jefes. Y dime, ¿quién entonces combatirá contra los monstruos?
XIX
 ¡Tengo que protestar, coronel  dijo el mayor Eckers . Realmente debo protestar.
Yo tenía aquí una guarnición muy marcial y aguerrida hasta que su rebaño de vaqueros
indisciplinados...
El mayor Eckers, que nunca fue un hombre frío, le pareció a Dave estar en un
avanzado estado de excitación.
 Siéntate con Dave y conmigo y bebamos, Eckers  dijo Buckskin . Nuestros
vaqueros son, por lo menos, hospitalarios.
 No me sentaré. En la lista retreta se han echado de menos a unos cuantos
hombres...
 ¡Lista de retreta!  dijo Buckskin . Estoy seguro de que estarán por ahí cosiéndose
los botones. ¿Pero qué hay de malo que unos cuantos hombres tengan insomnio? Con
toda seguridad estarán jugando alguna partidita amistosa de poder en los lavabos. No hay
porqué ponerse histérico. Tal y como están las cosas, un incidente así sería algo
emocionante...
 ¡Unos pocos hombres!  gritó Eckers . Exactamente cincuenta y tres hombres
faltan... Buckskin bajó su copa.
 ¿Estás seguro?
 Claro que estoy seguro  balbuceó Eckers . Y tampoco están en los lavabos.
Buckskin se puso en pie.
 ¿Faltan caballos o vehículos?
 No. Donde quiera que fueran, lo hicieron a pie.
 Entonces no pueden estar lejos. Vamos.
Ensillaron los caballos y cabalgaron en silencio a lo largo de la cerca que separaba el
campamento Lyru del suyo. Unas cuantas guerreras, con las espirales reluciendo a su
lado, estaban de centinela cerca de la espacionave.
 Deberíamos llamar a la escolta  dijo Eckers. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • lastella.htw.pl